Hormigón arquitectónico blanco

EL CEMENTO PORTLAND BLANCO

Se trata de una especialidad en la fabricación del cemento portland; el cemento blanco alcanza resistencias a la compresión mayores que los cementos grises; por ejemplo, alcanza los 40 MPa a los 2 días, y supera los 60 MPa a los 28 días. Tiempos de fraguado, pesos específicos, finuras de similares características a los grises, pero con la ventaja de su color blanco. Además de esta blancura se le atribuyen propiedades exclusivas no solamente estéticas sino funcionales como térmicas y lumínicas, que se traducen en ventajas para el constructor desde el punto de vista económico, ambiental y arquitectónico. Quien busque innovación y apariencias estéticas de acabados finos y duraderos necesita conocer muy bien las posibilidades de aplicación del cemento blanco.

El cemento blanco se relaciona comúnmente con actividades de remodelación y reparación de espacios como baños, cocinas, fachadas, piscinas. Sin embargo, el cemento blanco es un material versátil con aplicaciones que pueden ser tan amplias como las del cemento gris, y un gran potencial en el campo de la prefabricación, la construcción residencial, comercial, industrial, obras civiles, la arquitectura y el arte.

HORMIGÓN ARQUITECTONICO BLANCO

Las obras de hormigón más significativas de los grandes arquitectos de nuestros tiempos se destacan por la utilización del cemento blanco. Por sus cualidades estructurales, el efecto del color blanco, combinados con las posibilidades de diseño del hormigón, permiten obras arquitectónicas y estructurales de gran desarrollo. Las elevadas resistencias y la blancura se combinan para diseños de una construcción sustentable, donde se buscan aprovechamiento de la luminosidad natural y la aislación térmica en la construcción.

El hormigón blanco es un material noble y de gran belleza, siempre que la selección de materiales, encofrados, su forma de colocación y el posterior tratamiento sean los adecuados. Se necesita seleccionar cuidadosamente todos los materiales: áridos blancos, cemento, desencofrantes y aditivos químicos. Se debe analizar la secuencia de trabajo para que los acabados sean perfectos, cuidando la falta de segregación, la exudación, porosidad, el óptimo color y su homogeneidad. Para conseguir la máxima calidad en el hormigón blanco, además de su resistencia mecánica e impermeabilidad, hay que controlar perfectamente la relación agua/cemento, los tiempos de fraguado, su consistencia y su reología.

La relación agua cemento debe ser siempre constante y la mínima posible. De esta forma se logra la máxima blancura y homogeneidad. El tiempo de fraguado medido con agujas Proctor debe ser constante, en época fría y calurosa. De esta forma se logra homogeneidad y debe ser amplio dada la posible lentitud en la colocación del hormigón y el normal elevado contenido en aluminato tricálcico del cemento blanco.

La consistencia será también generosa y constante. Blanda o fluida, dependiendo de la obra. De esta manera se controla la homogeneidad en el color. Con el estudio del análisis granulométrico de los áridos se controla el acabado.

La recomendación para hormigones arquitectónicos es la utilización de encofrados con laminados fenólicos que aseguren no solo la terminación superficial sino también la estanqueidad y sin deformaciones. Con encofrados de madera, dependerá de su calidad y de su estado, se necesita un cuidado especial. Puede suceder que un desencofrante inadecuado movilice algunas sales de hierro presentes en la madera, y que se manche el hormigón blanco con tonos rojizos que arruinarían la calidad de la terminación.

• Agregados: se recomienda para estas obras agregados de trituración de color blanco como los mármoles o las. Se deben cuidar especialmente las granulometrías, coeficiente de forma y finos de la arena, para un riguroso control de finos totales.
• Cemento Blanco: el cemento blanco es tipo CP50 que supera los 65 MPa a los 28 días, con índices de Blancura superior a 95.
• Aditivos: las empresas ofrecen los aditivos retardantes de fraguado, reductores de agua, fluidificantes, y superfluidificantes como productos incoloros o translúcidos con dosificaciones de acuerdo a las características requeridas para el hormigón.

El hormigón visto blanco se trata de una solución de vanguardia. Con hormigón blanco es posible construir estructuras vistas de alta resistencia y arquitectura de diseños destacados. Sus elevadas prestaciones mecánicas y sus múltiples cualidades estéticas permiten utilizarlo tanto en grandes obras de arquitectura como en proyectos de ingeniería civil; viviendas e incluso en pequeños detalles constructivos, proponiendo a cada proyecto un material exclusivo y diferenciador.